La ciudad romana de Cáparra está situada en la antigua
provincia romana Lusitania, en el valle del río Alagón, en el norte de
Extremadura, dentro del Conventus Iuridicus Emeritensis, con capital en la
Colonia Augusta Emerita. Está atravesada por la calzada romana llamada Vía de
la Plata y permanece abandonada en la actualidad. Se cita como ciudad
prerromana, aunque este punto todavía no ha podido confirmarse, su situación
prácticamente en un llano no reunía las condicones defensivas necesarias para
un poblado anterior a los romanos, y solamente unos pocos testimonios cerámicos
hacen pensar en su antigüedad por algunos autores.
La ciudad amurallada tiene una extensión aproximada de 15-16
ha, aunque es conocido que en área noroeste de la ciudad hubo muchas viviendas,
con lo que el perímetro de población, pudo haber sido mucho mayor. La ciudad
fue más pequeña y menos importante que otras ciudades romanas de la Península
Ibérica, pero estaba entre los principales núcleos urbanos entre el río Tajo y
la Sierra de Gredos, junto con Caurium (Coria), Augustóbriga (Talavera la
Vieja) y Egitania (Idanha-a-Velha).
Su organización urbana corresponde a un planteamiento
ortogonal, teniendo como eje principal la Vía de la Plata, que la atraviesa de
norte a sur.
El nombre de la ciudad no es de origen latino, sino
prerromano, probablemente vetón, como el origen mismo del asentamiento. Se le
conocen otros nombres, como Capara, Cappara, Capera o Kapasa. Posiblemente su
significado viniera de estas raíces, que podrían significar lugar de intercambio,
trueque o mercado, ya que la situación de Cáparra es un cruce de caminos, uno
hacia el Jerte a través del Puerto de San Gamello, y otro a través de los
puentes romanos del Ambroz y el Pontón en el Alagón.