En 1164 el rey Alfonso VIII de Castilla, aficionado a la Orden de San Bernardo, concedió el valle en que actualmente se asienta a unos monjes cistercienes para que lo habitasen velut precarium (de prestado). La misión, repoblar el entorno del valle y servir de barrera ante una ya improbable invasón musulmana. En 1175, en el monasterio de Fitero, Alfonso VIII cedía totalmente Bonaval a la orden y determinaba las posesiones del monasterio. Los primeros monjes vinieron del Monasterio de Santa María de Valbuena de Valladolid.
La extensión de las tierras monasteriales era, ya desde sus comienzos, bastante grande. Con el tiempo fue creciendo todavía gracias a las herencias de particulares e incluso por parte de la realeza. En 1224 Alfonso IX de León entregó una nueva heredad y en 1253, Alfonso X el Sabio confirmó todos los privilegios y donaciones de sus antepasados.
Con las primeras reformas de la Orden, Bonaval perdió su carácter de abadía y fue incorporada a la Congregación Cisterciense de Castilla quedando bajo la jurisdicción de los monjes de Monte Sion en Toledo y convirtiéndose poco a poco en un lugar donde los monjes más ancianos se preparaban para morir.
En 1713 al acabar la guerra de Sucesión Española y con la victoria de Felipe V de España, le fue nuevamente reconocido a Bonaval su exención de pagos al Estado, confirmándole su posesión de territorios anejos todo para que continuasen, como desde hacía más de 500 años venían cumpliendo, con oraciones y ruegos a Dios por las personas reales.
El monasterio no sufrió mucho en la guerra de la Independencia de España, por haber sido aquel territorio poco castigado por los franceses; pero no pudo aguantar, sin embargo, el trienio liberal que en 1821 con la desamortización de Mendizábal acabó con algunos antiguos monasterios, entre ellos el de Bonaval. Los monjes se retiraron a su casa madre, en Toledo, y el edificio fue vendido a particulares, que no se preocuparon de su conservación, viniendo a la ruina en la que se encuentra hoy.
Su archivo se dispersó en su mayoría; sus libros, sus joyas, sus pertenencias más diversas cayeron en manos de anticuarios y oportunistas, y solamente algunas piezas artísticas pasaron a la parroquia de Retiendas, donde hoy se veneran.
Queda prohibida la reproducción total o parcial de las fotografías aquí mostradas sin el consentimiento expreso del autor.
Nunca detengas con una mano el pasado y con la otra el futuro, para así no quedarte crucificado en un presente sin sentido……..
Te digo adiós y acaso con esta despedida
Mi más hermoso sueño muere dentro de mí.
Pero te digo adiós para toda la vida.
Aunque toda la vida siga pensando en ti.
Siempre hay un tiempo para marchar aunque no haya sitio a donde ir..........
Hablan las Piedras.
Hablan en silencio...............
Nunca detengas con una mano el pasado y con la otra el futuro, para así no quedarte crucificado en un presente sin sentido……..
Te digo adiós y acaso con esta despedida
Mi más hermoso sueño muere dentro de mí.
Pero te digo adiós para toda la vida.
Aunque toda la vida siga pensando en ti.
Siempre hay un tiempo para marchar aunque no haya sitio a donde ir..........
Hablan las Piedras.
Hablan en silencio...............
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Hola Pedro bonito reportaje ,es una pena que sitios como ese esten tan dejados,un saludo desde BDN.
ResponderEliminarHola Paulino, si es una lastima pero es lo que suele suceder con muchos lugares, gracias por tu visita y comentario, un saludo
EliminarLugar mágico sin duda, un reportaje maravilloso, especialmente me ha emocionado la imágen 26. Pero todas las fotos tienen "algo" inexplicable.
ResponderEliminarHola Anónimo, en esa imagen la naturaleza intenta alcanzar el cielo, fue una bonita excursion llegar al lugar, gracias por la visita y el comentario, saludos
EliminarHola.
ResponderEliminarImpresionantes fotos, impresionante entorno. A buen seguro que Gustavo Adolfo Bequer se inspiró en un lugar como este para escribir su leyenda "El Miserere". Profundas connotaciones me han producido estas fotos, columnas, ventanas, escaleras... con la hiedra ocultando los secretos en el silencio profundo de la noche...
Saludos.
Hola Franclips, si el lugar es impresionante a pesar de estar en ruinas, gracias por tu visita y comentario, saludos
EliminarBuen reportaje Pedro; y con muchos años de historia; lo que hace el lugar aún más interesante.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Alegolu, si muchos años de historia en esas piedras, gracias por tu visita y comentario, saludos
EliminarTus escritos y tus fotografias,hacen recordar echos casi olvidados
ResponderEliminarEnhorabuena
Tus buenas fotografias,son recordatorios de echos ocurridos,pero muy olvidados
ResponderEliminarSaaludos
Hola Juan, si las fotografias son de tiempos vividos y muchas veces olvidados, pero las piedras con su silencio nos recuerdan la historia, gracias por tu visita y comentaios, saludos
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